Como todos sabemos, Capcom nos ofreció hace escasos días su nuevo juego, Resident 6.
A priori un juego que tiene facetas interesantes que hacen recordar a los antiguos survival horror que nos encantaron. Yo no voy a valorar si la sexta entrega será un buen juego o no, el tiempo lo dirá, pero sí la razón de estas líneas, juegos como los de antaño.
Corría el año 98, tenía 11 años y una fabulosa Playstation. Tenía Resident Evil en mis manos, una intrigante introducción en blanco y negro te inquietaba al iniciar el juego, estabas dentro de la mansión de Umbrella y delante de uno de los mejores juegos de la historia. Nunca podré olvidar aquella cinemática del zombie girando la cabeza hacia nosotros, mientras su mirada nos fusilaba. Un juego que exigía toda nuestra habilidad, que gratificante llegar a una habitación de baúl y escuchar la música que tranquilizaba tu corazón antes de tener que volver a ese pasillo, donde te esperaba un enemigo y tu única salida era correr o luchar con un cuchillo, cual guerrero que busca no encontrar la muerte.
Enemigos finales como arañas gigantes o cocodrilos de similar tamaño mermaban nuestra voluntad de seguir adelante, sobre todo cuando tu salud renqueaba y solo te quedaba arrastrarte en estado danger, a la espera de que la siguiente puerta condujera hacia la salud y no a una muerte segura.
La necesidad de encontrar tinta para la maquina de escribir que construía los versos de tus progresos, nos enseñaba que para poder continuar, debías racionar hasta el más mínimo detalle, una planta, una bala, una idea, un objetivo.Pocos años después apareció su segunda parte, esta vez era la comisaria de Racoon City, la que pondría a prueba nuestro miedo. Para mi es el mejor juego de todos, pocos momentos como la caída de Ada de manos de Leon se han recordado en la industria.
Los videojuegos, como todo en la vida, han dado un gran cambio. Estremecerse, pasar miedo y vivir momentos fascinantes se cambian por pegar tiros y conseguir seguir viviendo del nombre de juegos que marcaron época. Soy de esos que desean que a veces se recupere la esencia que nos hizo entrar en este mundo, y que en algunos casos se ha convertido en nuestro trabajo y pasión.
Deseo y espero que estas líneas os hagan recordar momentos entrañables como a mí, que al final y al cabo son las cosas que te hacen feliz.
@Gerard_alvarez
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